Killing Floor 3

(Teniendo en cuenta las sensaciones de jugadores hispanohablantes que han probado el juego)

Por un lado, la jugabilidad es una auténtica gozada: es frenética, el gunplay se siente increíble y masacrar Zeds con amigos sigue siendo tan divertido como siempre, o incluso más. Sin embargo, muchos veteranos echamos en falta esa atmósfera oscura y sucia de los originales; el nuevo estilo futurista no termina de cuajar para todos. Se siente que el juego ha salido con poco contenido, con la promesa de futuras actualizaciones, y la optimización en PC deja bastante que desear. Es una base sólida y muy divertida, pero que necesita más para estar a la altura de su legado.

Killing Floor 3 arranca con una potencia brutal, la acción es más fluida y el nuevo sistema M.E.A.T. es una gozada para destripar Zeds. Al principio, la adrenalina te consume mientras aniquilas hordas con tus colegas. Sin embargo, esa chispa se apaga rápido. La falta de variedad en mapas y enemigos se hace evidente tras unas pocas horas, convirtiendo la masacre en una rutina predecible. Aunque las bases son sólidas, se siente como un early access con poco contenido, dejándote con ganas de más profundidad y menos repetición. Le falta el carisma y la variedad que nos mantuvo enganchados a los anteriores.

Killing Floor 3 en PC me ha dejado un sabor de boca muy amargo. Aunque la ambientación está lograda y te da horas y horas de juego, se siente como una experiencia alargada sin alma. La jugabilidad cumple sin más, pero no tarda en volverse repetitiva y monótona.
Lo peor es que el juego se siente vacío: la historia es un mero pretexto y las misiones secundarias son un relleno terrible y sin inspiración. Técnicamente es aceptable y corre bien, pero no es suficiente para salvarlo. Por el precio que tiene, esperaba muchísimo más que un shooter genérico y olvidable. Una verdadera decepción