Death Stranding 2

Death Stranding 2 se erige como un coloso técnico, presentando un apartado visual fotorrealista que exprime el potencial de la nueva generación de consolas. Sus gráficos y la impecable optimización conforman una experiencia audiovisual de primer nivel, con modelados de personajes y paisajes que quitan el aliento. La ambientación expande su universo con nuevos biomas, como desiertos y selvas, que añaden una bienvenida variedad y frescura al mundo postapocalíptico, todo ello envuelto en una dirección artística sobresaliente y una banda sonora memorable que, junto a un doblaje de calidad cinematográfica, potencia cada momento de la aventura.

La jugabilidad evoluciona la fórmula original refinando las mecánicas de entrega y, sobre todo, mejorando sustancialmente el combate y el sigilo, haciéndolos más dinámicos y satisfactorios. La narrativa, sello inconfundible de su creador, ofrece una trama compleja, emotiva y cargada de simbolismo, aunque su peculiar estilo puede seguir dividiendo opiniones. A pesar de su considerable duración y una campaña principal robusta, el título hereda la estructura repetitiva en algunas de sus misiones secundarias, que a menudo carecen de la profundidad de la trama principal. La dificultad general se percibe más accesible, suavizando parte del desafío que caracterizó a su predecesor.